jueves, 31 de julio de 2008

Dulces sueños nocturnos,

piedad en la soledad del silencio,

recuerdos de un mundo en colapso mental,

volando sobre mis nubes, encuentro un robot,

el cual destruye, crea y desase cualquier

cosa en su camino.

Columpios y espejos rotos, miradas latentes,

resbalines dañados, barcos sin popa,

aviones quemados, soldaditos mutilados,

de ese ayer que ha olvidado aquella inocencia.

Evoluciones experimentadas, cambios ilusos,

recuerdos de un pasado, hecho presente,

caramelos amargos, dulces agrios,

algodones acabados, mundo de incoherencia y de opresión.

Ojos cerrados, ojos vendados por la soledad,

dentro de mi utopía esta el existir,

todo lo que hay aquí es real, nada es invicible,

¿invincible a nuestros ojos? o

¿invicible a nuestros pensamientos?

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